Ansiedad
La ansiedad patológica y sus síntomas
La ansiedad es una respuesta emocional ante situaciones que se perciben o interpretan como amenazantes o peligrosas para el futuro. Si esta respuesta aparece ante situaciones cotidianas ( continuamente en el trabajo, problemas de tráfico, hablar en público, un examen, etc.) o estímulos internos (pensamientos, ideas, imágenes, etc.) que no son realmente peligrosos, y aun así se interpretan como algo verdaderamente amenazante, es entonces cuando aparece el trastorno de ansiedad o la ansiedad patológica.
Síntomas:
– Palpitaciones
– Elevación de la frecuencia cardíaca
– Sudoración
– Temblores
– Sensación de ahogo
– Mareos
– Desrealización (sensación de irrealidad)
– Dificultad para pensar con claridad
– Pensamientos catastróficos o negativos
– Baja productividad
– Falta de memoria
– Confusión
– Miedos a perder el control o «volverse loco»
– LLanto repentino o risa nerviosa
– Bajo estado de ánimo, apatía
– Frustración
– Irritabilidad
– Cambios de humor
– Huir o evitar ciertas situaciones
– Comer o fumar en exceso
– Cambio en los patrones de sueño
– Hacer movimientos repetitivos sin una finalidad concreta
Causas de la ansiedad
Hace miles de años el ser humano tenía que afrontar peligros y situaciones que atentaban directamente contra su vida. En esa época éramos presas fáciles para otros depredadores y la ansiedad nos ayudaba a gestionar estas situaciones, porque nos permitía huir del peligro o luchar para defendernos.
En cualquiera de estos dos comportamientos se van a desencadenar unos cambios fisiológicos que tienen como objetivos prepararnos para la huida o la lucha, sería nuestro «sistema de alarma». Tanto si luchamos como si huimos, vamos a necesitar que nuestro corazón bombee más rápidamente la sangre a las extremidades, de ahí la taquicardia. Vamos a necesitar más oxígeno de ahí que se acelere la respiración, vamos a necesitar que nuestros músculos tengan un tono muscular adecuado para correr o luchar, de ahí la tensión muscular. Vamos a necesitar que nuestro cuerpo se refrigere de ahí que empecemos a sudar.
Todos estos cambios son coherentes y necesarios para afrontar estos peligros que atentan contra nuestra vida. Hoy en día, también son necesarios si nos enfrentaramos a peligros que comprometen nuestra integridad física, como puede ser huir si se acerca un coche fuera de control hacia nosotros o alguien nos intenta atracar en la calle.
La cuestión de la ansiedad patológica se da cuando se activa nuestro «sistema de alarma» de forma recurrente, ante situaciones o pensamientos que percibimos como amenazantes en nuestro día a día. Sin embargo, estas situaciones o pensamientos no las podríamos solucionar con la conducta de lucha o huida. Nuestro «sistema de alarma» evalúa siempre la situación a raíz de la interpretaciones que nosotros hacemos de la misma, por lo que podría reaccionar igual ante un león a punto de atacarnos que ante mi miedo a hablar en público o mis pensamientos acerca de mi trabajo.
Por otro lado, se ha relacionado mayores posibilidades de padecer ansiedad patológica en personas con rasgos de personalidad de autoexigencia, perfecciones y con baja tolerancia a la frustración e incertidumbre.
Tipos de ansiedad
Dentro de los trastornos de ansiedad podemos encontrar diferentes manifestaciones dependiendo del tipo de amenaza percibida.
Trastorno de pánico
Aparición súbita de miedo intenso o de malestar intenso que alcanza su máxima expresión en minutos. Se suelen dar 4 o más de los siguientes síntomas: palpitaciones, aceleración de la frecuencia cardíaca, sudoración, sacudidas o temblores, sensación de asfixia, náuseas o malestar abdominal, sensación de mareo, inestabilidad o desmayo, sensación de entumecimiento u hormigueo, sensación de irrealidad, miedo a perder el control o «volverse loco», miedo a morir. Debido a la alta intensidad en la que se presentan los síntomas, estas situaciones generan en la persona un temor a padecer nuevamente estos síntomas.
Agorafobia
Miedo o ansiedad intensa ante situaciones en las que la persona teme que sea difícil escapar de ellas o no disponer de ayuda si aparecieran síntomas de ataque de pánico. Por esta misma razón la persona evita activamente estos lugares o necesita la presencia de un acompañante para poder afrontarlas.
Fobia social
Miedo o ansiedad intensa en una o más situaciones sociales en las que la persona está expuesto a los demás. La persona presenta un miedo desproporcionado a actuar de cierta manera o de mostrar síntomas de ansiedad que se puedan valorar de forma negativa por parte de los demás. La reacción a estas situaciones es la evitación de las mismas por miedo al rechazo.
Fobias específicas
Miedo o ansiedad intensa causada por un objeto o situación específica (por ejemplo, volar, las alturas, animales, etc). El miedo que generan estás situaciones es desproporcionado al peligro real que las situaciones entrañan lo que lleva a la persona a evitar o resistirse activamente a la situación. Si no se pudieran evitar, la persona viviría con un miedo intenso dicha situación.
Trastorno de ansiedad generalizada
Patrón de preocupaciones excesivas asociadas a diferentes aspectos de la vida, que provocan estados de inquietud y nerviosismo, al mismo tiempo se produce fatiga, dificultad para mantener la mente en blanco o concentrarse, tensión muscular, problemas de sueño e irritabilidad.
Trastorno obsesivo compulsivo
Experimentación de pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes, que aparecen de forma intrusiva y no deseada (obsesiones), causando una elevada ansiedad. La persona intenta suprimir estos pensamientos o neutralizarlos con otros pensamientos o actos (compulsiones) en los que suele invertir un tiempo prolongado y que suele interferir en las actividades cotidianas.
Estrés postraumático
Recuerdos angustiosos recurrentes, involuntarios e intrusivos de sucesos traumáticos acompañados de evitación de estímulos o situaciones que puedan recordar aspectos del suceso traumático. Al mismo tiempo se produce un estado emocional negativo persistente, como miedo, terror, enfado, culpa o vergüenza que llevan a la persona a una importante disminución del interés o participación en actividades significativas y a un desapego con los demás.
Hipocondría
Preocupación excesiva y persistente ante la posibilidad de padecer o estar padeciendo una enfermedad, a partir de la interpretación personal de sensaciones corporales. Estas sensaciones corporales que pueden ser normales son interpretadas de manera catastrófica, lo que hace a su vez que aumente la ansiedad y las sensaciones corporales asociadas al proceso ansioso que se volverán a interpretar de manera catastrófica.
Dismorfofobia
Preocupación por uno o más defectos o imperfecciones percibidas en el aspecto físico que no son observables o parecen sin importancia para los demás. Como respuesta a esta preocupación la persona realiza comportamientos o actos mentales repetitivos. Esta preocupación causa malestar significativo o un deterioro en el ámbito social, laboral u otras áreas.
Trastornos por separación
Miedo o ansiedad excesiva e inapropiada para el nivel de desarrollo del individuo concerniente a su separación de aquellas personas por las que siente apego. Se presenta una preocupación excesiva por la posible pérdida de las figuras de mayor apego o de que puedan sufrir un posible daño, como una enfermedad, calamidades o muerte. En niños esta preocupación se manifiesta en miedo a perderse, tener un accidente o enfermar que cause la separación de una figura de gran apego.
Mutismo selectivo
Fracaso constante a la hora de hablar en situaciones específicas en las que existe una expectativa por hablar por ejemplo en la escuela a pesar de que la persona puede hacerlo en otras situaciones. Esta alteración interfiere en los logros educativos, laborales o en la comunicación social.
Tratamiento de la ansiedad
El tratamiento de la ansiedad, se orienta a la re-interpretación de la situación o pensamiento que está causando dicha ansiedad, con el fin de dotar a la persona de las herramientas adecuadas para que dicha situación no active su «sistema de alarma» y pueda afrontarla de manera adaptativa. Como consecuencia, desaparecerá toda la sintomatología ansiosa.
Para ello contamos con multitud de técnicas, entre las cuales, seleccionaremos las más apropiadas para cada caso particular: terapia cognitivo-conductual, EMDR, vibración sonora, técnicas transpersonales, etc.
Además, evaluaremos el deterioro que ha producido esta ansiedad mantenida en el tiempo y completamos la terapia con las técnicas adecuadas para devolverle a la persona su equilibrio saludable. Frecuentemente hay que trabajar en la recuperación de la autoestima y la gestión del estrés.
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