Pédida de peso
Relación emocional con la comida
¿Qué nos está diciendo nuestro cuerpo a través de esos kilos de más? Hay aspectos de tu interior que necesitan atención.
¿Qué es lo que ocurre para que no podamos resistirnos a un antojo?, ¿Qué es lo que nos lleva al famoso “atracón”? Entendamos a grandes rasgos como funciona nuestra mente, es aquí donde se genera el “hambre emocional”.
Nuestro cerebro se rige por el siguiente esquema:
- Pensamiento
- Emoción
- Acción
- Resultado
Lo que primero sucede es el pensamiento, por ejemplo: “estoy solo/a, estoy triste, tengo demasiado trabajo, etc..); después viene la emoción: tristeza, ansiedad, añoranza, frustración ; a continuación surge una acción para intentar recuperar mi equilibrio interior: comer algo rico en azucares (chocolate, helado, galletas…) o en hidratos de carbono, que tu cuerpo más tarde lo transformará en glucosa (patatas, pizza, pasta…); lo que hará que tenga lugar de forma casi inmediata una cascada bioquímica que te provocará placer inmediato: subirá rápidamente tu adrenalina, por lo que te sentirás con más energía, comenzarás a segregar mayor cantidad de serotonina ,este neurotrasmisor es uno de los mayores responsables de felicidad y así tendrán lugar algunas reacciones químicas más , las cuales te habrán llevado de unas emociones incomodas a unas en las que te encontrarás mucho más a gusto. Esto lo graba “a fuego” tu inconsciente y cada vez que lleguen a ti esas emociones tu inconsciente va intentar salir utilizando el camino que ya conoce. El último paso llevaría a el resultado, aumento de peso y la culpa por no haber podido controlarte. Tus emociones acabarán volviendo agravadas por la culpa.
Por lo tanto, si queremos solucionar una acción que nos lleva a un resultado que no queremos, hay que actuar desde la base, es decir, desde nuestros pensamientos. Esos pensamientos requerirán una intervención específica dependiendo de su procedencia: traumas, ansiedad, depresión, etc.
Otra de las causas que nos dificulta bajar de peso, podría ser, el estrés crónico, el cual, genera un desequilibrio hormonal que activa el tejido graso, favoreciendo la acumulación de grasa. A su vez, dificulta la generación de masa muscular, aumenta el hambre y enlentece nuestro metabolismo.
Cuando se elimina el hambre emocional, se elimina las dificultades para seguir una dieta o una alimentación saludable.
Para llegar a este objetivo nos valdremos de las herramientas más adecuadas a cada caso: sensor de glucosa , técnica en banda gástrica virtual. técnicas de acceso al inconsciente, terapia cognitivo conductual, EMDR, entre otras.
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