Rupturas amorosas
Una ruptura amorosa desata en el cerebro unas reacciones bioquímicas muy parecidas a las de un heroinómano cuando se le quita la droga. No hay nada en la cabeza que esté bien en ese momento. Y vamos, inconscientemente, a la metadona de los recuerdos. Hoy en día sabemos que al espiar al otro, pensar en los recuerdos de esa relación o tener contacto con él o ella fortalece tu adicción y complica tu recuperación.
“Si quieres cruzar el océano, primero vas a tener que desarrollar la valentía para perder de vista la costa”.
Disponemos de muchas herramientas que nos ayudarán para este fín, transitando todas las etapas del duelo de la relación de forma exitosa. Podemos tardar más o menos en atravesarlas, cada persona marca sus tiempos pero lo importante es fluir por ellas y no quedarse atrapados.
Etapas del duelo:
- Shock emocional, paralización y desorientación: se trata de una etapa protectora de corta duración, que aísla del impacto psicológico que conlleva la pérdida de la relación, aunque ya puede ir apareciendo dificultades para dormir y/o comer y bioquímica depresiva.
- Tristeza: en esta etapa puedes sentir cómo si hubieras perdido una parte de ti, como si la soledad y el vacío te envolviesen. Esta tristeza no es solo por la pérdida de la persona, sino por pérdidas múltiples que se dan al concluir una relación: el tiempo que se compartió, los proyectos comunes, las esperanzas e ilusiones puestas en la relación, el estilo de vida, las rutinas, el hogar, el entorno social conjunto… Una buena parte de la tristeza viene por lo que proyectaste en la otra persona y crees haber perdido. Realmente, te darás cuenta que la mayoría es tuyo, que te perdiste en el otro y eso lo podrás recuperar. Es importante no quedarse bloqueado e intentar seguir con nuestro funcionamiento diario. A pesar de las dificultades, fluir con el dolor de la pérdida permite que los sentimientos se desarrollen naturalmente.
- Adjudicación de la culpa: donde hay la necesidad de encontrar sentido a la ruptura, entender que salió mal y quién o qué es el responsable. La emoción de base es la rabia, la cual, si se utiliza de manera positiva, puede ayudar a salir de la pena y empezar a reconstruirse. La culpa se puede dirigir hacía al otro, hacía uno mismo o incluso hacía los demás.
- Aceptación: en esta etapa tomamos conciencia de que la relación ha terminado y que nuestra vida sigue.
- Reconstrucción: se reconstruye activamente la propia vida. Es un buen momento para plantearse la opción de empezar a salir con alguien; antes de esta fase es desaconsejable, ya que no se habrán extraído los aprendizajes necesarios para ello, ni se estará preparado para establecer una relación emocionalmente saludable.
- Resolución: se inicia un nuevo ciclo vital y, por fin, se hacen las paces con el sufrimiento.
Tratamiento psicológico para la ruptura de pareja:
Algunas personas puede que pasen por un proceso de ruptura, atravesando todas las etapas del duelo sin ayuda, pero a otras quizás les cueste más, y es precisamente, en estos momentos difíciles donde nos debemos permitir acceder a toda la ayuda posible para superar con éxito este proceso.
En terapia trabajaremos con herramientas que nos harán transitar con éxito por todas las etapas del duelo por la ruptura, para finalmente encontrarte contigo mismo, amándote como a nadie, pues eres la persona que te acompañará siempre y el verdadero amor de tu vida. Nos centraremos en tu autoestima y las emociones propias preparando así el terreno para establecer nuevos vínculos afectivos que no se vean lastrados por la experiencia de la relación anterior. De este modo, se consigue no solo el cierre de la antigua pareja, sino la preparación a relaciones futuras contigo mismo y con los demás.
Para este fin trabajaremos con técnicas de la terapia cognitiva conductual, transpersonal, EMDR u otras según las necesidades del consultante.
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